Wednesday, October 22, 2025
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La cocina dominicana: un factor diferenciador en la oferta turística

La cocina dominicana es el resultado de una combinación cultural, ya que posee elementos importados de África y Europa, pero también conserva la esencia taína, lo cual le otorga a Quisqueya una cocina única y diversa con potencial para desarrollarse como destino gastronómico.

El país, ubicado en el mismo trayecto del sol, posee platillos salados y dulces para cualquier tiempo del día, que pueden ser líquidos y sólidos, así como bebidas y postres.

República Dominicana tiene una carta de presentación: mofongo, sancocho, cocidos, moro de gandules con coco, chenchén con chivo y habichuelas, la bandera dominicana, mangú con los tres golpes (huevo, queso y salami), tostones, catibías, pasteles en hoja, habichuelas con dulce, chacá, arroz con leche, morisoñando, mamajuana, entre otros.

De acuerdo con la vicepresidente ejecutiva de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), Aguie Lendor, la gastronomía brinda una oportunidad única para diversificar la oferta turística dominicana, conectando a los turistas con la esencia más auténtica del país.

“Nuestra oferta gastronómica es una de nuestras mayores fortalezas, muestra la esencia de nuestra cultura, preserva tradiciones y dinamiza la economía local”, afirma al tiempo de añadir que consolidar este nicho del turismo posicionará a la nación caribeña en el mercado global.

“El turismo mundial crece y la competencia entre destinos es cada vez más intensa, nuestro patrimonio cultural se convierte en un poderoso factor diferenciador para atraer visitantes”, agrega Lendor. Indica, además, que la gastronomía será un factor determinante para el turista que aprecia la buena cocina y que busca conectar con lo local.

De hecho, un 78% de los turistas considera que la gastronomía dominicana es atractiva, mientras que un 67% asegura que superó las expectativas, en tanto que un 37% sale de los hoteles para consumir comida fuera de su alojamiento, siendo la calidad del servicio, los ingredientes y la calidad de alimentos los elementos mejor valorados.

Fue en la edición 37 de la Exposición Comercial, en Punta Cana, donde el ministro de Turismo, David Collado, propuso que se celebre el Mes de la Gastronomía Dominicana y que sea septiembre de cada año por coincidir con el “Restaurant Week”. Collado señaló que este evento, que encabezan Asonahores y la Asociación Dominicana de Restaurantes (Aderes), debe ser llevado a otro nivel. “Debemos anunciarlo un año antes, hacerle promoción internacional y que vengan de todas las regiones de Latinoamérica en septiembre”, expresó.

El funcionario se comprometió a crear un fondo de promoción internacional de la gastronomía dominicana. Esto se hará en colaboración con Asonahores y Aderes.

Aunque Santo Domingo incluye en su oferta restaurantes tradicionales y criollos, que mantienen viva la esencia de la cocina dominicana más auténtica, posee establecimientos donde se reinterpretan platos tradicionales con técnicas y presentaciones modernas.

La vicepresidente ejecutiva de Aderes, Lissette Olivares, indica a elDinero que la oferta culinaria de la capital dominicana es amplia y diversa, la cual se clasifica de la siguiente manera: alta cocina y restaurantes de autor con chefs reconocidos y propuestas de vanguardia, restaurantes internacionales especializados en las cocinas italiana, japonesa, española y peruana; “casual dining” y propuestas urbanas como “rooftops”, “gastropubs”, hamburgueserías y pizzerías.

Asimismo, la oferta incluye comida rápida local y cadenas con opciones de “chimis” y pollo, así como cafeterías, panaderías y heladerías artesanales; pero, además, hoteles y “resorts” urbanos, los cuales tienen restaurantes con propuestas culinarias que complementan la oferta turística y corporativa.

De su lado, la presidente de la Asociación de Hoteles de Santo Domingo (AHSD), Yudit García, asegura que la capital de República Dominicana se erige como una de las ciudades culinarias más vibrantes de América Latina gracias a la evolución de su oferta gastronómica durante la última década.

Según García, este crecimiento ha sido impulsado por una combinación de factores estratégicos, culturales y económicos, que van desde la diversificación de estilos, el reconocimiento internacional, así como el posicionamiento de eventos gastronómicos en el ámbito nacional.

Desafíos

A pesar de que la oferta gastronómica dominicana está creciendo, para el presidente de Aderes, Giancarlo Bonarelli, la calidad del servicio es vital para posicionar a Quisqueya como destino gastronómico en la región, pero, además, para fidelizar a los clientes.

Bonarelli explica a este medio que la limitada mano de obra plantea un reto para los restaurantes, que están adheridos al objetivo país de convertirse en un destino culinario estrella. “La mano de obra se ha complicado bastante después de la pandemia del coronavirus”, precisa.

En tanto, García, de la AHSD, afirma que la falta de formación especializada plantea un reto tanto para restaurantes como para hoteles al momento de contratar personal, especialmente que posea competencias de inglés y servicio al cliente.

Para resolver el desafío de falta de mano de obra, el titular de Aderes ve positiva la creación de espacios de capacitación para los interesados en integrarse a los restaurantes y la hostelería.

En esto coincide la vicepresidente ejecutiva de Asonahores, quien destaca la importancia de invertir en capacitación para elevar estándares de calidad y servicio, lo cual le permitirá al país crear una narrativa unificada que posicione la gastronomía de Santo Domingo en el mercado turístico internacional.

De su lado, la titular de la AHSD dice que la infraestructura urbana y señalización turística es otro desafío para República Dominicana.

“Aunque se han hecho avances, aún existen retos en la conectividad entre zonas turísticas, señalización adecuada y accesibilidad para turistas que desean explorar más allá de los hoteles”, puntualiza.

Asimismo, el problema del tránsito en la ciudad afecta el desarrollo del destino, debido a que dificulta la llegada de los clientes, también el personal de los restaurantes, incluyendo chefs, meseros y cocineros, se ve afectado por el tráfico, llegando tarde o experimentando altos niveles de estrés y cansancio, lo que puede impactar negativamente en la calidad del servicio y el ambiente laboral.

Otro de los desafíos, de acuerdo con Bonarelli, es la escasez de algunos productos culinarios en verano, lo cual hace que algunos platos sean retirados del menú o se tenga que sustituir el ingrediente escaso por una alternativa.

Alianzas

Pese a los desafíos, García, de la AHSD, asegura que las colaboraciones público-privadas han sido clave para posicionar a Santo Domingo como un destino gastronómico de clase mundial.

Una de esas iniciativas es el Plan Estratégico de Turismo Gastronómico Sostenible, el cual incluye la creación de rutas gastronómicas, formación profesional y promoción internacional.

También, la Asociación de Hoteles de Santo Domingo ha firmado acuerdos con el Clúster Turístico de la capital para impulsar el desarrollo turístico, incluyendo la gastronomía como eje estratégico.

“Se busca integrar la oferta culinaria de hoteles con la de restaurantes emblemáticos de la ciudad”, expresa García al tiempo de añadir que estas alianzas permiten crear experiencias más completas para los visitantes, combinando alojamiento, cultura y gastronomía.

Espacios como el Dominican Annual Tourism Exchange (DATE) permiten que hoteles y restaurantes presenten sus novedades, fortaleciendo el posicionamiento del destino como líder en el Caribe.

Asimismo, Lendor, de Asonahores, cuenta que la oferta gastronómica de los restaurantes se complementa con la de los hoteles, ya que ambos aportan a la diversidad, brindando una experiencia memorable al visitante y promoviendo el turismo gastronómico de forma general.

Encadenamiento

Lendor puntualiza que el sector restaurantero es un ente clave para la cadena de valor turística, ya que su impacto se extiende a proveedores locales, agricultura, pesca, bebidas, agroindustria, comercio con compras nacionales e importaciones, pero, además, a la generación de empleo, dinamización económica y diversidad de nuestra oferta turística.

Datos de Aderes, proporcionados a elDinero, indican que el sector hotel-restaurantes emplea unas 145,346 personas en el Gran Santo Domingo. La entidad estima que 58,000 empleados están dedicados directamente a restaurantes en la capital.

Aderes solicitó a los participantes de la edición más reciente del “Restaurant Week” que cada plato que integren en sus menús especiales contenga al menos un ingrediente de origen dominicano.

Esta medida no es casual, ya que busca impulsar la cocina de “kilómetro cero”, una tendencia que reduce la distancia entre la cosecha y la mesa. De esta manera, el evento se posiciona como una plataforma directa para apoyar a los agricultores, ganaderos y a todo el ecosistema de la producción nacional.

Sostenibilidad

De acuerdo con Bocarelli, el sector restaurantero dominicano, aunque reconoce el mayor costo, está adoptando prácticas sostenibles o “go green”. Muchos establecimientos han comenzado a utilizar materiales biodegradables para sus empaques y fundas de servicio a domicilio.

En cuanto a la gestión de residuos como el aceite y la comida, la Asociación Dominicana de Restaurantes promueve una gestión ambiental organizada y responsable. Sus miembros, por iniciativa propia, contratan servicios de recogida de basura privada, que se encargan del desecho de forma que minimice el impacto ambiental.

Restaurant Week

Lendor, de Asonahores, explica que esa entidad participa activamente en iniciativas de promoción turística que resaltan la gastronomía, tanto en ferias internacionales como en eventos locales dentro de la plataforma de SDQ Gastronómico y “Restaurant Week”, que este año se celebró en Santiago, Punta Cana y Santo Domingo.

Durante el evento, los restaurantes participantes ofrecen a los comensales menús especiales a precios fijos y accesibles. De hecho, el año pasado los restaurantes recibieron a 24,000 comensales durante el “Restaurant Week”.

Cocina dominicana

Bonarelli, titular de la Asociación Dominicana de Restaurantes (Aderes), señala la “carencia grande” de restaurantes de comida criolla de “nivel” que puedan ser recomendados a turistas que buscan una experiencia culinaria auténtica y de calidad.

Esta situación obliga a los visitantes a recurrir a opciones más informales, como restaurantes turísticos o de carretera.

La escasez de restaurantes criollos se debe a una percepción de valor del mercado local: la comida criolla es vista como algo barato por los dominicanos, ya que tradicionalmente se prepara en casa.

Cuando un restaurante intenta elevar la cocina criolla a un formato de “nivel” (con mejores ingredientes, ambientación y servicio), los precios que debe cobrar para ser rentable se perciben como “muy altos” para el consumidor local. Este factor desincentiva la inversión en este nicho de mercado. Él indica que es atractiva para los turistas, pero no para los locales.

Por: Luis David Flores

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